Star Wars Fanon Wiki
Sin resumen de edición
Etiqueta: Edición visual
Sin resumen de edición
Etiqueta: Edición visual
 
Línea 148: Línea 148:
   
 
La retirada fue rápida. Pero el enemigo también. Tertok no conocía la estrategia. Se creía perdido. Y todo empeoró. Un terrible sandak, una criatura con muchos grandes y afilados dientes le saltó delante suyo. Además era grande y ágil. Otros dos sandak saltaron a su alrededor. Se preparó a morir. Iba a correr hacia el enemigo. Así al menos no moriría en vano. Pero los sandak saltaron por encima. No se lo pensó dos veces y hecho a correr al refugio, con sus tropas. Cuando se giró viendo al ejército enemigo siendo masacrado por los sandak. Se preguntó como había pasado. Pero ahora tenía que correr, no fuese a ser que una de esas monstruosas criaturas cambiase de opinión.
 
La retirada fue rápida. Pero el enemigo también. Tertok no conocía la estrategia. Se creía perdido. Y todo empeoró. Un terrible sandak, una criatura con muchos grandes y afilados dientes le saltó delante suyo. Además era grande y ágil. Otros dos sandak saltaron a su alrededor. Se preparó a morir. Iba a correr hacia el enemigo. Así al menos no moriría en vano. Pero los sandak saltaron por encima. No se lo pensó dos veces y hecho a correr al refugio, con sus tropas. Cuando se giró viendo al ejército enemigo siendo masacrado por los sandak. Se preguntó como había pasado. Pero ahora tenía que correr, no fuese a ser que una de esas monstruosas criaturas cambiase de opinión.
  +
  +
== Capítulo 9 ==
  +
Cuando Tertok llegó a la base, se la encontró casi vacía. La mayoría se había ido. Solo quedaban dos escuadrones. Cuando llegó preguntó donde estaban todos.
  +
  +
-Aquí está Almirante. Vámonos.
  +
  +
-¿A dónde? ¿Qué está pasando? ¿Dónde están todos? ¿Sabéis que hay sandaks aquí?-preguntó.
  +
  +
-A rescatar a Snoke. El resto está de camino. Y los sandaks son parte del plan secreto. Esto era solo una estrategia para distraer a las fuerzas de Sbeto. Y los sandaks se atraen por una sustancia que dejamos allí. Además, los trajimos nosotros. Ahora vamos, el resto debe de estar llegando a la batalla.
  +
  +
Se prepararon para partir y subieron a la nave. Esta despegó y al poco saltó al hiperespacio.
   
 
Continuará...[[Categoría:Historias]]
 
Continuará...[[Categoría:Historias]]

Revisión actual - 18:25 27 nov 2018

Capítulo 1

Snebe'or Kerel, ahora Snoke, estaba meditando en su habitación de su nave, el Retorno, una nave ukolita UP-2. La nave se encontraba sobre Tihtah, donde había quedado con el rey local para negociar. Actualmente solo contaba con los Asistentes, la guardia pretoriana, los caballeros de Ren, liderados por Rendo Ren, y unos 50 reclutas inexpertos. Snoke necesitaba más.

La puerta se abrió silenciosa tras él. No se inmutó y siguió mirando hacia donde miraba. El vistante avanzó. Cuando estaba junto a Snoke, este se volvió y le atravesó con una vibroespada. Dicho visitante, uno de los reclutas, había tratado de acuchillarle. Un enemigo infiltrado. Patético.

Snoke se levantó. La cita era en una hora y tenía que llegar a la capital. Avanzó por los pasillos y se fue hacia su lanzadera. Antes se reunió con su guardia, que le siguió. Snoke había dispuesto que sus guardias fuesen siempre 8. Ni más ni menos. Si uno moría, sería sustituido por uno proveniente de una academia que ya estaba preparando. Snoke quería los mejores guardias, así que si algún recluta decidía que estaba listo y quería guardar a Snoke, retaba a duelo a un guardia pretoriano. Si lo derrotaba, conseguía el puesto. Además, el decidía que hacía con él. Si no, serían guardias de oficiales, planetarios (cuando tuviese planetas), civiles, etcétera. Incluso en algunos casos, podrían ser caballeros de Ren.

Su lanzadera salió del hangar y empezó a bajar a tierra. En cuanto tocaron tierra, Snoke se apresuró a llegar al sitio de reunión. Media hora más tarde, estaba frente al lugar. Entró. Era una sala grande con muchas sillas. Un teatro, posiblemente. Delante suyo se encontraba un alienígena alto. Su aspecto se parecía un poco al de un muunulist, por complexión y estatura, pero su piel era morada con manchas de un morado más oscuro. Sus ojos eran negros. Snoke sabía que solo los nobles eran así. Los plebeyos eran más bajos, de color amarillo. Todo el morado en Tihtah se consideraba de nobles. Snoke se acercó a él.

-Hola. Soy Snoke.

-Encantado, Debel Carzemiro Miedeziro Nuyteziro Buyiro Altemniro Carceliro Pirpiro Nioiro Catamendonuiro Strenghiliro.- los nombres tras Debel son los nombres de sus diez antecesores más próximos y el sufijo -iro, que significa hijo de en tihtahnés.

-¿Vamos a hablar aquí?

-Por supuesto que no. Ven por aquí.

Las negociaciones empezaron. Tras varias horas de discusiones, acordaron ser aliados. Snoke recibiría 300 voluntarios plebeyos, 150 bebés plebeyos raptados o encontrados para ser entrenados desde niños y 100 voluntarios nobles. Debel recibiría 100.000 sextercios tihtahneses, más o menos 2 millones de créditos del Imperio, y el segundo planeta que conquistase Snoke iría para él. Además habría un libre comercio. Además, los planetas suyos o de Snoke del sistema de su planeta pasarían a él.

Al fin Snoke partió. Los reclutas los enviaría cuando estuviesen, en unas 2 semanas. Se encontraba ya a la mitad de la subida cuando varias naves saltaron del hiperespacio.

Capítulo 2

El Almirante Nekroko'de Tebin miró por la ventana. Le habían encargado la misión de aplastar las fuerzas de Snoke. No parecía difícil. Los enemigos solo contaban con una nave. Ellos con 20. Y cazas, aunque suponía que Snoke tenía.

-La nave está a tiro.

-Abran fuego.

-A la orden.

La primera salva de cañonazos comenzó.

-Apuntad a los reactores- ordenó Nekroko.

Mientras tanto, en el Retorno, las tropas de Snoke estaban desconcertadas. Rendo Ren, encargado de la nave en la ausencia de Snoke, reaccionó rápidamente.

-Cada uno a su puesto. Y en cuanto estén, fuego a discrección. Los que saben pilotar a los cazas.

Rendo no era un novato. Había luchado mucho. No iba a dejarse sorprender así. Demostraría que merecía el respeto que Snoke le tenía.

Los cazas de ambos bandos atacaban y morían. El Retorno se centró prácticamente en una sola nave, aunque disparaba a varias. Nekroko esperaba una victoria rápida. "Pueden resistir, pero caerán" pensó. En su radar entonces apareció otra nave, más pequeña. Una lanzadera. Reconoció su número, era la que Snebe había robado. Por lo tanto estaba allí. Podía aplastar a las fuerzas de Snebe, o Snoke como se llamaba a sí mismo, de un golpe.

-Quiero diez cazas atacando esta lanzadera ahora.

-Mensaje enviado.

Rendo también lo vio. Si no reaccionaba, Snoke estaba perdido.

-Vosotros dos, conmigo.

Rendo cogió su caza y salió. Era una clase experimental de TIE que en su tiempo perteneció al Imperio, pero que fue dejado en un planeta de por allí. TIE Silenciador se llamaba. Rendo y sus acompañantes salieron del hangar. La lanzadera de Snoke no tenía más que un cañón. Esta derribó a un caza, pero el cañón fue destruido. Rendo tenía que darse prisa. Rápidamente atacó a un caza y lo derribó. Así, uno a uno, entre Rendo y su acompañantes fueron derribando a todos los cazas. Pero venían veinte más. Rendo maniobró y les atacó. Sus acompañantes hicieron igual, pero a uno le dieron. Con el poco control restante volvió a la nave. Entre Rendo y su otro acompañante mataron a 15, pero antes del 16, un disparo mató al acompañante de Rendo. Se cargó a los restantes como pudo y volvió hacia Snoke. Y vio que un caza estaba a su cola, apunto de disparar. Rendo apretó los cañones, pero no dispararon. Se había atascado. Snoke estaba perdido. O no. Rendo prefirió Snoke. Cogió los mandos y se lanzó contra el caza enemigo. Justo cuando iba a disparar. La explosión al chocar fue grande. Rendo se había lanzado en su caza contra el enemigo. Y así salvado a Snoke, pero a costa de su vida.

En la lanzadera Snoke se lamentó. Quería a Rendo. Era buen general. Gracias a su sacrificio logró llegar al Retorno. Allí ordenó de inmediato:

-Salten al hiperespacio.

La nave saltó. Al mirar abajo, Snoke vio como las naves de Sbeto bajaban a Tihtah.

Capítulo 3

Por el momento a salvo, sobre un planeta deshabitado, Snoke pensaba en su venganza. También se dispuso a poner un nuevo líder a los Caballeros de Ren. Además le pondría una nueva regla: tendría que pilotar un TIE Silenciador, igual que lo hará su sucesor. También tendría que ponerse Ren tras su nombre o un seudónimo. Para el cargo tras meditar bastante decidió poner a Ghando Ren.

Tras hacer estos cambios, pensó en su venganza. Para llevarla a cabo necesitaría más fuerzas. Pero lo lograría. Se le ocurrió entonces un plan.

Capítulo 4

Una lanzadera llegó a los astilleros de Carzeto, colonia ukolita.

-Necesito los códigos para dejarle pasar- dijo el guardia de aterrizaje.

-Enseguida- respondió el piloto.- Enviando los códigos.

-Todo en orden, puede pasar.

La lanzadera pasó el bloqueo defensivo y aterrizó en los astilleros. Allí se hacían las principales naves ukolitas. Dichos artilleros eran muy importantes y estaban muy protegidos.

Un pelotón de soldados se paró frente a la lanzadera, como estaba establecido.

De la lanzadera salió Cer'cen Tendo, recién nombrado supervisor de los astilleros.

Con él iban varios soldados y cuatro guardias. En cuanto salieron, los soldados entraron para revisar que todo estuviera en orden. Tras comprobarlo, salieron de la nave y fueron a revisar otra lanzadera que estaba llegando.

Cer'cen se dirigió a su nuevo despacho. Cuando llegó allí, alguien le esperaba. Tras verlo, Cer'cen dejó a dos guardias a la puerta y dio tiempo de descanso al resto. Después cerró la puerta tras él.

En cuanto cerró, uno de los guardias se acercó a la puerta y puso un aparato en ella. Un escuchador. Después se acercó a él con el oído.

Detrás de la puerta, la siguiente conversación tenía lugar:

-La unión ha sido firmada. Ahora Sbeto es una facción unida.

-Muy bien, ¿algo más?

-Sí, pero es importante que no lo sepa nadie más, así que aquí tienes este papel. En cuanto termines, quémalo y echalo al triturador.

-Confío en ti, Carb'en Den, mi espía. Ven a verme cuando tengas más información.

Tras esto, el guardia quitó rápidamente el aparato. Al poco, la puerta se abrió, y el informador se fue.

Capítulo 5

Cuando Cer'cen se retiró a descansar, los guardias y los soldados se retiraron. Por la noche, le protegían otros guardias. Tras acompañar a los soldados, que se quedarían como fuerzas en los astilleros, los cuatro guardias se fueron a su sala común. Tras cerrar la puerta herméticamente, se fueron a dormir. Dos horas antes de que volvieran a estar de servicio, los guardias se reunieron en la sala.

Uno de ellos se quitó el casco que se había puesto al levantarse. Tras el casco apareció Snoke. Los otros tres se fueron quitando el casco y aparecieron tres de los hombres de Snoke.

-¿Habéis conseguido los planos?- preguntó Snoke. Uno de ellos asintió con la cabeza.- Bien, todo está saliendo según lo planeado. Vamos para fuera a terminar el plan. Pero antes vamos a tomar algo.

Hacía ya unos días que Snoke y sus hombres habían esperado a que los guardias fuesen en solitario a sus dormitorios para disfrazarse de ellos y poder colarse en los astilleros. Dos de los verdaderos guardias habían muerto y otros dos estaban prisioneros.

Tras tomar el desayuno, los cuatro salieron, con el casco, de su sala común. Fueron rápidamente al hangar. Habían decidido ya que nave robar: un destructor clase Ukolita I, con cazas incluidos. Fueron deslizándose silenciosamente y escondidos hacia el destructor. Solo cuatro no lo podrían pilotar. Pero dentro había droides, que se podían reprogramar. Y es justo lo que iban a hacer.

Capítulo 6

Aunque había droides de seguridad en la nave, muchos ni les vieron y los otros pocos no fueron problema. Además, la mayoría de momento eran droides piloto. En cuanto terminaron de reprogramarlos, se prepararon para la salida sorpresa. Era el momento. Snoke dio la orden:

-Arrancad los motores y despegad. Y preparad el salto al hiperespacio.

La nave arrancó los motores. Fuera, los guardias, soldados y oficiales se llevaron una sorpresa, pero enseguida reaccionaron.

-Traed los megablásters y preparad los cazas-ordenó uno de los oficiales.

Rápidos, los soldados llevaron los megablásters y los prepararon. Aún no habían salido del hangar cuando un disparo de megabláster impactó. Aunque un disparo no haría mucho, ya estaban montando otros megablásters y el primero se preparaba para volver a disparar.

-¡Daos prisa!-gritó Snoke.

Otro disparo impactó, pero la nave salió del hangar.

-Llegan cazas estelares- dijo uno de los droides.

-¿Cuánto le queda al salto al hiperespacio?

-Estamos programando el rumbo.

Los cazas empezaron a atacar. Y entonces un montón de cruceros escondidos empezaron a salir y a atacar. Las fuerzas de Sbeto estaban ya seguras de su victoria.

-Hemos acabado de programar el rumbo- dijo un droide.-Pero no podremos saltar con todas estas naves rodeándonos.

-Avanzad lo más rápido que podáis hacia allá- Snoke señaló un lugar en el que las naves no habían acabado de colocarse.

-A la orden.

La nave avanzó rápido hacia el lugar indicado por Snoke, pero nuevas naves estaban saliendo y el espacio pronto se cerró. No tenían escapatoria.

Capítulo 7

Mientras tanto, en Tihtah, Debel había llegado a un acuerdo, volviéndose vasallo de Sbeto. Sin embargo, Debel tenía otras intenciones. No iba a ceder tan fácil a sus exigencias. Pero tenía que hacerlo... de momento. En ese momento no tenía fuerzas suficientes para enfrentarse a Sbeto. Pero tenía un aliado secreto. Y ese aliado secreto, un arma secreta. Era la hora. Pronto se reuniría con él, y entonces Sbeto sería pasto de llamas.

Capítulo 8

Las fuerzas de Snoke estaban en un planeta deshabitado, esperando la llegada de Snoke. Eso creía la mayoría. Pero los líderes dejados por Snoke sabían que no era así. El plan era otro. Pronto actuarían. Pero antes dejarían un rastro falso. Las fuerzas de Sbeto caerían en una terrible emboscada. Serían masacradas.

-¡Fuerzas enemigas saliendo del hiperespacio! ¡Estamos perdidos!-dijo el guardia.

-¡Todos al refugio!-gritó uno de los almirantes, Tertok.

La retirada fue rápida. Pero el enemigo también. Tertok no conocía la estrategia. Se creía perdido. Y todo empeoró. Un terrible sandak, una criatura con muchos grandes y afilados dientes le saltó delante suyo. Además era grande y ágil. Otros dos sandak saltaron a su alrededor. Se preparó a morir. Iba a correr hacia el enemigo. Así al menos no moriría en vano. Pero los sandak saltaron por encima. No se lo pensó dos veces y hecho a correr al refugio, con sus tropas. Cuando se giró viendo al ejército enemigo siendo masacrado por los sandak. Se preguntó como había pasado. Pero ahora tenía que correr, no fuese a ser que una de esas monstruosas criaturas cambiase de opinión.

Capítulo 9

Cuando Tertok llegó a la base, se la encontró casi vacía. La mayoría se había ido. Solo quedaban dos escuadrones. Cuando llegó preguntó donde estaban todos.

-Aquí está Almirante. Vámonos.

-¿A dónde? ¿Qué está pasando? ¿Dónde están todos? ¿Sabéis que hay sandaks aquí?-preguntó.

-A rescatar a Snoke. El resto está de camino. Y los sandaks son parte del plan secreto. Esto era solo una estrategia para distraer a las fuerzas de Sbeto. Y los sandaks se atraen por una sustancia que dejamos allí. Además, los trajimos nosotros. Ahora vamos, el resto debe de estar llegando a la batalla.

Se prepararon para partir y subieron a la nave. Esta despegó y al poco saltó al hiperespacio.

Continuará...